Cuando hablamos de xerostomía nos referimos a la sequedad bucal.
La saliva juega un papel fundamental en la protección de las estructuras orales y dentales. Cuando las glándulas salivales dejan de funcionar correctamente, al producir menos saliva, los dientes y las encías quedan desprotegidos ante la presencia de microorganismos dañinos.
Existen dos tipos de xerostomías:
- Reversible: como su propio nombre indica, puede ser paliada. Suele producirse por medicamentos, estrés, dieta desequilibrada o el habla en público.
- Irreversible: se suele dar en pacientes con ciertas enfermedades graves que producen daños irreparables en las glándulas salivales que impide su funcionamiento, como pacientes de quimioterapia y radioterapia. También la diabetes y otras enfermedades sistémicas afectan a todo el organismo, alterando el funcionamiento glandular.
Síntomas y signos
- Saliva espesa y viscosa.
- Dolor o ardor en la boca o en la lengua.
- Sensación de boca pegajosa y seca.
- Agrietamiento en los labios o en las comisuras de la boca.
- Lengua seca y áspera.
- Sensibilidad dental.
- Dificultad para masticar, saborear o tragar.
- Aumento de caries.
- Incremento de la frecuencia y gravedad de la enfermedad periodontal.
¿Cómo tratarla?
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- Deberemos identificar si es de carácter reversible o irreversible.
- Cambiar, suprimir o reducir los fármacos que se estén tomando y que den tendencia a la xerostomía, en caso de ser posible y, siempre, después de consultarlo con el médico que los haya pautado.
- Cuando existe secreción salivar se pueden utilizar medicamentos sialagogos, en cambio, cuando no existen, se usan las salivas artificiales o humectantes.
- Es muy importante seguir una buena rutina de higiene bucodental: cepillarse los dientes al menos dos veces al día pasándose la seda dental.
- Llevar una alimentación adecuada.
- Beber más agua.
- Evitar: bebidas carbonatadas, con azúcar, cafeína, alcohol y también, el tabaco.
Visitar a tu dentista regularmente.
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