Para facilitar el cepillado, tanto el cepillo eléctrico como el manual, la técnica correcta es la división de la boca en cuatro cuadrantes. Colocaremos la cantidad recomendada de pasta y nos cepillaremos pasando por cada uno de los cuadrantes.
Aunque llegues a ciertas zonas, es necesario el uso de la seda dental y los cepillos interdentales, ya que, con el cepillo solo se elimina un 60% de los restos de comida de entre los dientes.
Cuando hablamos de cepillos manuales, podemos encontrar de diferentes y para todos los gustos. Será el dentista quien nos aconseje qué tipo de cepillo de dientes es necesario para cada paciente, si tiene que ser normal o especial.
Hay que tener en cuenta tres cosas:
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La dureza de los filamentos, ya que no se recomienda que sean muy duros.
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El diseño.
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La medida del cabezal, hay que poder acceder a todas las zonas de la boca.
Cepillo eléctrico:
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Los filamentos son suaves y cuidadosos con las encías y los dientes.
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El pequeño cabezal facilita el acceso a zonas más difíciles.
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El movimiento del cepillo eléctrico es automático por la cual cosa es más fácil de usar para quien no tienen dominio del cepillo manual.
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Hay una gran variedad de formas y tamaños para adaptarse a cualquier boca.
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Un mecanismo de control de la presión evita la abrasión de los dientes, preservando el esmalte.
A modo de comparación…
Se ha demostrado que los cepillos eléctricos eliminan más placa y exigen menos esfuerzo con el tiempo si lo comparamos con un cepillo manual.
No obstante, los eléctricos son más caros, tanto el cepillo como los cabezales y, además tienen un impacto ambiental negativo.
Siempre que tengamos un buen cepillado, tanto el eléctrico como el manual son igual de efectivos.
Recuerda…
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El mejor cepillo de dientes será el que cada uno lo utilice más a gusto.
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Has de lavarte los dientes al menos dos veces al día y un mínimo de 2 minutos.
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Substituye ambos cepillos cada 2-3 meses e incluso antes si se estropean o se deforman. Un buen truco es cambiar de cepillo cada cambio de estación.
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Lo más importante es la forma como nos cepillamos los dientes más que el tipo de cepillo que empleamos.
